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Table of Contents
About The Book
Now in a Spanish-language edition: International bestselling author Lorna Byrne gives her more than 1 million readers the comfort of knowing that they have guardian angels to support them as they face the daily challenges of today’s world.
“Hay muchos ángeles que sostienen lámparas deluz frente a las personas, para darles ánimo. Vivimos tiempos difíciles y retadores, pero hay muchas razones para tener esperanzas y en este libro transmito este mensaje”. —Lorna Byrne
Lorna Byrne ve a los ángeles con tanta claridad como el resto de nosotros ve a las personas, y les habla todos los días. En Un mensaje de esperanza de los Ángeles Lorna nos reconforta al hacernos ver que por solitarios que podamos sentirnos, siempre tenemos un ángel guardián junto a nosotros para apoyarnos en los retos que diariamente afrontamos.
En este libro que nos inspira y alienta, Lorna revela cómo podemos pedir ayuda a nuestros ángeles para que nos guíen a superar los retos que todos debemos hacer frente inevitablemente, como la soledad, la depresión, el estrés, las preocupaciones económicas, las penas, la muerte de un ser querido o la sensación de sentirse inadecuado como padres. No importa los obstáculos que debamos sortear, todos podemos pedir el apoyo de los ángeles para traer más felicidad y realización a nuestras vidas.
“Hay muchos ángeles que sostienen lámparas deluz frente a las personas, para darles ánimo. Vivimos tiempos difíciles y retadores, pero hay muchas razones para tener esperanzas y en este libro transmito este mensaje”. —Lorna Byrne
Lorna Byrne ve a los ángeles con tanta claridad como el resto de nosotros ve a las personas, y les habla todos los días. En Un mensaje de esperanza de los Ángeles Lorna nos reconforta al hacernos ver que por solitarios que podamos sentirnos, siempre tenemos un ángel guardián junto a nosotros para apoyarnos en los retos que diariamente afrontamos.
En este libro que nos inspira y alienta, Lorna revela cómo podemos pedir ayuda a nuestros ángeles para que nos guíen a superar los retos que todos debemos hacer frente inevitablemente, como la soledad, la depresión, el estrés, las preocupaciones económicas, las penas, la muerte de un ser querido o la sensación de sentirse inadecuado como padres. No importa los obstáculos que debamos sortear, todos podemos pedir el apoyo de los ángeles para traer más felicidad y realización a nuestras vidas.
Excerpt
Un Mensaje de Esperanza de los Ángeles
CAPÍTULO UNO Un mensaje de esperanza para estos tiempos difíciles
—EL ÁNGEL DE LA ESPERANZA ES UN FARO DE LUZ en toda nuestra vida. Él ayuda a que la luz de la esperanza arda siempre en nuestro interior a lo largo de toda la vida nuestra —me dijo el ángel—. La esperanza juega un papel fundamental en la vida de todos. La esperanza hace posible lo imposible.
Tenía unos doce años cuando un ángel me dijo eso. He visto a los ángeles y he hablado con ellos desde muy pequeña. Veo ángeles todos los días y los veo físicamente, igual que veo a alguien sentado frente a mí. Los ángeles son mis amigos y compañeros y todo el tiempo hablamos, unas veces con palabras y otras sin ellas. No tengo ni idea de por qué yo puedo ver ángeles y ustedes no. Solo soy una persona común y corriente.
Había visto al Ángel de la Esperanza antes, pero ese día que ya tenía doce años, supe por primera vez quién era ese ángel en particular y cómo es que nos ayuda.
El Ángel de la Esperanza no se parece a ningún otro de los ángeles que haya visto jamás. Parece una llama gigantesca. Dentro de esa llama que es muy brillante se me muestra una tenue apariencia humana, masculina, de un hermoso y deslumbrante color verde esmeralda, que sostiene una antorcha parecida a la llama olímpica. La luminosidad del Ángel de la Esperanza es diferente a la de cualquier otro ángel; creo que eso se debe a que es una luz dentro de otra luz.
El Ángel de la Esperanza es inmenso, tiene la misma altura de un árbol adulto. Siempre que lo veo parece estar muy lejos de mí, así que debería verse pequeño. Pero siempre luce enorme. Es muy extraño, es como si a un mismo tiempo estuviera lejísimo pero también justo delante de mí, por difícil que eso sea de entender.
Parece ir siempre en marcha, pero constantemente mira hacia atrás para animar con una tierna sonrisa a quien quiera que esté guiando en ese momento. Su expresión es de amor y de aliento.
Recientemente he visto al Ángel de la Esperanza mucho más que antes. Ahora lo veo prácticamente todos los días. En estos tiempos la gente parece necesitar mucha esperanza.
Hace muchos años, en una visión un ángel me mostró al Ángel de la Esperanza trabajando, para que pudiera entenderlo mejor. En esa visión el Ángel de la Esperanza guiaba unos soldados a través de un campo de batalla y también aparecía un soldado en particular que se arrastraba exhausto en medio del barro. Pude ver que estaba herido. El Ángel de la Esperanza avanzaba delante de él, haciéndole señas todo el tiempo de que siguiera adelante. Se me permitió mirar a través de los ojos del soldado. El soldado no podía ver al Ángel de la Esperanza, pero sí veía una luz y dentro de esa luz a sus seres queridos: su esposa, sus pequeños hijos, y sus padres ya ancianos. Dándole la fuerza para mantenerse vivo y la esperanza de reunirse con la familia que amaba, el Ángel de la Esperanza lo alentaba a no darse por vencido.
—¿Entendiste, Lorna? —dijo el ángel—. El Ángel de la Esperanza no puede detener la guerra, ni curar a este soldado, ni tampoco rescatarlo, pero puede darle la fuerza para llegar hasta donde pueda ser rescatado. —El ángel me sonrió y continuó—: Este soldado murió en su propia cama muchos años más tarde.
Esa noticia me alegró muchísimo. El amor que el joven soldado sentía por su familia era muy hermoso.
Siempre que las cosas se han puesto difíciles para mí y para mi familia he visto al Ángel de la Esperanza tratando de animarme. Esto además de mi ángel de la guarda y de los demás ángeles que siempre van a estar a mi alrededor para ayudarme.
Recuerdo una época en particular, en la que estuve muy estresada y preocupada, sin saber si mi esposo Joe podría conseguir trabajo. Había estado enfermo y sin poder trabajar largo tiempo, pero se había recuperado lo suficiente para volver a trabajar. Era la década de 1980 en Irlanda, las cosas estaban muy duras y no era fácil encontrar empleo. Teníamos tres hijos que alimentar y estaba muy angustiada, pero seguía viendo al Ángel de la Esperanza en la distancia, siempre girándose hacia mí y sonriendo para animarme. Él mantuvo ardiendo en mi interior la esperanza de que al fin Joe conseguiría alguno de los empleos para los cuales se había presentado; pasó un buen tiempo antes de que lo lograra y estuve al borde de la desesperanza, pero no me rendí. Ver al Ángel de la Esperanza me mantuvo en marcha durante ese período tan difícil y me ayudó a darle ánimo y apoyo a Joe hasta que finalmente obtuvo un empleo.
Jamás debemos subestimar la importancia de la esperanza. Es mucho lo que podemos hacer si guardamos esperanza en el corazón.
Conozco una familia cuya segunda hija nació con serios trastornos genéticos. Los doctores habían dicho a los padres que la posibilidad de que la niña caminara era mínima. La primera vez que vi a esta pequeña tendría unos nueve meses. Su papá la acunaba en sus brazos, mientras ambos padres charlaban conmigo rodeados de ángeles que eran muy altos, de un blanco brillante y translúcido, y de apariencia femenina. Casi no pude ver alas. Como todos los ángeles, estos eran extremadamente hermosos. Uno de ellos me dijo sin palabras, que esta familia no perdería las esperanzas de que su hija caminara, sin importar lo que dijeran los médicos. Mientras conversábamos, su padre puso a la pequeña en el piso y los ángeles a su alrededor empezaron a animarla a patalear y mover sus piernecitas.
El Ángel de la Esperanza apareció por un momento. Su luz era tan brillante que todo pareció esfumarse excepto los padres y la niña. Fue como si los padres pudieran ver la luz del Ángel de la Esperanza y su alentadora sonrisa y se estuvieran llenando de esa luz. Sé que cada vez que ellos han encontrado un problema más para la niña, el Ángel de la Esperanza les ha infundido el valor para seguir adelante.
El Ángel de la Esperanza es un solo ángel, pero está ahí para ayudar a todo el mundo y puede estar en muchos lugares al mismo tiempo. En este sentido es como un arcángel. Está ahí, solo por un momento, siempre que las personas necesitan una esperanza que las guíe y les dé ánimo. Claro que hay otros ángeles que también ayudan a darnos esperanza.
Veo un ángel de la guarda con cada persona, sin importar su religión o nacionalidad. Jamás he visto a alguien, en ninguna parte del mundo, que no tenga su ángel de la guarda. Tu ángel de la guarda está contigo desde antes de tu concepción hasta después de tu muerte y jamás te abandona ni por un momento. Te ama incondicionalmente y hará todo lo posible por guiarte y mantener tus esperanzas a lo largo de toda tu vida. Tu ángel de la guarda puede permitir que otros ángeles también te ayuden.
Tal vez un año más tarde, vi a la niña de nuevo. Estaba con muchos adultos y pasaba de unos brazos a otros, siendo el foco de atención y de amor de todo el mundo. La vi radiante, y los ángeles me dijeron que era por todo el ánimo que toda su familia le estaba dando a esa pequeña. Era claro que todos estaban escuchando a sus ángeles de la guarda y haciendo lo que les correspondía. En un momento en que el padre puso a la pequeña de pie junto a él, fue hermoso ver a los ángeles rodearla tratando de mantener fuertes sus inestables piernecitas, para que no cedieran bajo su peso. Ahora ella tiene tres años y ya camina. Y no solo está caminando, recientemente la llevaron a la playa y empezó a correr, aunque todavía algo insegura.
Los padres y toda la familia mantienen la luz de la esperanza ardiendo por esta niña, la ayudaron a que caminara y ahora abrigan la esperanza de que aprenda a hablar bien. Esta pequeña es un faro de esperanza, y la luz de esa esperanza ha iluminado a todos los miembros de esa familia, llenándolos y dándoles esperanza también en otros aspectos de su vida. Y esto no ha ocurrido solamente con su familia inmediata, es un ejemplo que ha inspirado y llenado de esperanza al resto de la familia y a los vecinos.
Veo muchos ángeles que llevan luces
delante de las personas,
ayudando a darles ánimo.
Todo el tiempo veo ángeles que se esfuerzan mucho para darnos esperanza. Recientemente, esperaba en la recepción de un hotel que llegara un periodista, y los ángeles que estaban conmigo me dijeron que fuera a sentarme en el lobby. Allí estaba un hombre sentado frente a una mesa bajita junto a la ventana, en la mesa había algunos papeles y también un computador portátil. Cuatro ángeles estaban sentados a su alrededor, y uno de ellos sostenía frente al pecho del hombre una luz brillante como del tamaño de una canica. Cuando veo un ángel que sostiene una luz frente a alguien, sé que esa persona está pasando por un momento difícil y que el ángel sostiene la luz para que ayude a darle la esperanza y el coraje para salir adelante.
Uno de los ángeles me dijo sin palabras que el hombre estaba sumamente preocupado y estresado por sus negocios. No tengo ni idea de cuál sería su negocio. Los ángeles estaban animándolo a encontrar la solución y me explicaron que estaba allí entre esos papeles, pero la angustia de ese señor era tal que no podía verla. Uno de los ángeles estaba intentando calmarlo mientras otro de ellos no dejaba de señalarle con la mano una hoja de papel en particular. Mientras lo hacía, el hombre tomó esa hoja de papel pero no parecía ver la solución. Seguía escribiendo notas y tachando cosas en su bloc. La luz empezó a volverse más brillante por momentos y, sin que los ángeles me lo dijeran, supe que él ya estaba viendo un asomo de la solución, una luz de esperanza, una salida para sus dificultades laborales. Estuve allí sentada veinte minutos pues el periodista se retrasó. Recé para que este hombre de negocios encontrara la solución. Me apenó mucho verlo así de estresado y preocupado. Cuando ya salía, les pregunté a los cuatro ángeles si él vería la solución antes de que terminara ese día, y me dijeron que probablemente no la vería completa pero por lo menos se le ocurriría una idea y en los próximos días encontraría la solución del problema.
En estos tiempos veo a muchos ángeles sosteniendo luces frente a las personas, ayudando a animarlas. Veo ángeles ayudando a reavivar la esperanza en nosotros todo el tiempo; la esperanza a nivel de cada persona, de cada comunidad, de cada nación y del mundo entero.
A menudo la esperanza comienza por pequeñas iniciativas. Una noche, hace pocas semanas, encontré un grupo de vecinos limpiando una zona verde cercana a mi casa. Es un área que durante mucho tiempo permaneció sucia y descuidada. Ellos estaban rodeados por ángeles que les susurraban al oído, alentándolos mientras trabajaban. Cuando pasé por al lado, uno de los ángeles me dijo:
—¿Ves la esperanza que se ha despertado en estas personas? —Yo sonreí y el ángel continuó—: Con pequeñas acciones como ésta ellos pueden hacer de su mundo un lugar mejor.
Al día siguiente pasé de nuevo por la zona verde y me asombró la diferencia. Los vecinos habían recogido la basura, recortado la hierba y podado los canteros de flores. Todo el lugar parecía lleno de luz. Uno de los ángeles que estaba allí me señaló un pequeño mirlo que halaba una lombriz de la tierra recién removida. El día anterior yo no había visto allí ni un pajarito.
La esperanza aglutina a una comunidad para que todos sus miembros realicen cambios juntos y cuando eso ocurre veo a las personas iluminarse, brillar y avanzar en pos de cosas mejores. Las personas que piensan que las cosas pueden mejorar son faros de luz para todos nosotros, y hay que apoyarlas.
Se puede dar esperanza a otros. Brinda fortalece y reanima, y entonces la esperanza crece. A todos nos corresponde una parte en el crecimiento de la esperanza. En otros tiempos, las personas recurrían a los líderes de iglesias, comunidades, negocios y países para que nos dieran una visión de esperanza para el futuro, pero ahora muchos de nuestros líderes también se debaten sin ver la esperanza delante de ellos. No ven todas las formas que hay para hacer de este mundo un mejor lugar para vivir.
Los ángeles me han hablado mucho de la esperanza y de todo lo que tenemos con respecto a lo cual abrigar esperanzas, y me han enseñado muchas formas diferentes en las que ellos pueden ayudar a darnos esperanza.
Todo lo que comparto con ustedes en este libro proviene de Dios y sus ángeles. Este libro es un mensaje de esperanza que me ha sido entregado para que lo comparta con todos y cada uno de ustedes, para que ayude a hacer crecer la luz de la esperanza en su interior.
CAPÍTULO UNO Un mensaje de esperanza para estos tiempos difíciles
—EL ÁNGEL DE LA ESPERANZA ES UN FARO DE LUZ en toda nuestra vida. Él ayuda a que la luz de la esperanza arda siempre en nuestro interior a lo largo de toda la vida nuestra —me dijo el ángel—. La esperanza juega un papel fundamental en la vida de todos. La esperanza hace posible lo imposible.
Tenía unos doce años cuando un ángel me dijo eso. He visto a los ángeles y he hablado con ellos desde muy pequeña. Veo ángeles todos los días y los veo físicamente, igual que veo a alguien sentado frente a mí. Los ángeles son mis amigos y compañeros y todo el tiempo hablamos, unas veces con palabras y otras sin ellas. No tengo ni idea de por qué yo puedo ver ángeles y ustedes no. Solo soy una persona común y corriente.
Había visto al Ángel de la Esperanza antes, pero ese día que ya tenía doce años, supe por primera vez quién era ese ángel en particular y cómo es que nos ayuda.
El Ángel de la Esperanza no se parece a ningún otro de los ángeles que haya visto jamás. Parece una llama gigantesca. Dentro de esa llama que es muy brillante se me muestra una tenue apariencia humana, masculina, de un hermoso y deslumbrante color verde esmeralda, que sostiene una antorcha parecida a la llama olímpica. La luminosidad del Ángel de la Esperanza es diferente a la de cualquier otro ángel; creo que eso se debe a que es una luz dentro de otra luz.
El Ángel de la Esperanza es inmenso, tiene la misma altura de un árbol adulto. Siempre que lo veo parece estar muy lejos de mí, así que debería verse pequeño. Pero siempre luce enorme. Es muy extraño, es como si a un mismo tiempo estuviera lejísimo pero también justo delante de mí, por difícil que eso sea de entender.
Parece ir siempre en marcha, pero constantemente mira hacia atrás para animar con una tierna sonrisa a quien quiera que esté guiando en ese momento. Su expresión es de amor y de aliento.
Recientemente he visto al Ángel de la Esperanza mucho más que antes. Ahora lo veo prácticamente todos los días. En estos tiempos la gente parece necesitar mucha esperanza.
Hace muchos años, en una visión un ángel me mostró al Ángel de la Esperanza trabajando, para que pudiera entenderlo mejor. En esa visión el Ángel de la Esperanza guiaba unos soldados a través de un campo de batalla y también aparecía un soldado en particular que se arrastraba exhausto en medio del barro. Pude ver que estaba herido. El Ángel de la Esperanza avanzaba delante de él, haciéndole señas todo el tiempo de que siguiera adelante. Se me permitió mirar a través de los ojos del soldado. El soldado no podía ver al Ángel de la Esperanza, pero sí veía una luz y dentro de esa luz a sus seres queridos: su esposa, sus pequeños hijos, y sus padres ya ancianos. Dándole la fuerza para mantenerse vivo y la esperanza de reunirse con la familia que amaba, el Ángel de la Esperanza lo alentaba a no darse por vencido.
—¿Entendiste, Lorna? —dijo el ángel—. El Ángel de la Esperanza no puede detener la guerra, ni curar a este soldado, ni tampoco rescatarlo, pero puede darle la fuerza para llegar hasta donde pueda ser rescatado. —El ángel me sonrió y continuó—: Este soldado murió en su propia cama muchos años más tarde.
Esa noticia me alegró muchísimo. El amor que el joven soldado sentía por su familia era muy hermoso.
Siempre que las cosas se han puesto difíciles para mí y para mi familia he visto al Ángel de la Esperanza tratando de animarme. Esto además de mi ángel de la guarda y de los demás ángeles que siempre van a estar a mi alrededor para ayudarme.
Recuerdo una época en particular, en la que estuve muy estresada y preocupada, sin saber si mi esposo Joe podría conseguir trabajo. Había estado enfermo y sin poder trabajar largo tiempo, pero se había recuperado lo suficiente para volver a trabajar. Era la década de 1980 en Irlanda, las cosas estaban muy duras y no era fácil encontrar empleo. Teníamos tres hijos que alimentar y estaba muy angustiada, pero seguía viendo al Ángel de la Esperanza en la distancia, siempre girándose hacia mí y sonriendo para animarme. Él mantuvo ardiendo en mi interior la esperanza de que al fin Joe conseguiría alguno de los empleos para los cuales se había presentado; pasó un buen tiempo antes de que lo lograra y estuve al borde de la desesperanza, pero no me rendí. Ver al Ángel de la Esperanza me mantuvo en marcha durante ese período tan difícil y me ayudó a darle ánimo y apoyo a Joe hasta que finalmente obtuvo un empleo.
Jamás debemos subestimar la importancia de la esperanza. Es mucho lo que podemos hacer si guardamos esperanza en el corazón.
Conozco una familia cuya segunda hija nació con serios trastornos genéticos. Los doctores habían dicho a los padres que la posibilidad de que la niña caminara era mínima. La primera vez que vi a esta pequeña tendría unos nueve meses. Su papá la acunaba en sus brazos, mientras ambos padres charlaban conmigo rodeados de ángeles que eran muy altos, de un blanco brillante y translúcido, y de apariencia femenina. Casi no pude ver alas. Como todos los ángeles, estos eran extremadamente hermosos. Uno de ellos me dijo sin palabras, que esta familia no perdería las esperanzas de que su hija caminara, sin importar lo que dijeran los médicos. Mientras conversábamos, su padre puso a la pequeña en el piso y los ángeles a su alrededor empezaron a animarla a patalear y mover sus piernecitas.
El Ángel de la Esperanza apareció por un momento. Su luz era tan brillante que todo pareció esfumarse excepto los padres y la niña. Fue como si los padres pudieran ver la luz del Ángel de la Esperanza y su alentadora sonrisa y se estuvieran llenando de esa luz. Sé que cada vez que ellos han encontrado un problema más para la niña, el Ángel de la Esperanza les ha infundido el valor para seguir adelante.
El Ángel de la Esperanza es un solo ángel, pero está ahí para ayudar a todo el mundo y puede estar en muchos lugares al mismo tiempo. En este sentido es como un arcángel. Está ahí, solo por un momento, siempre que las personas necesitan una esperanza que las guíe y les dé ánimo. Claro que hay otros ángeles que también ayudan a darnos esperanza.
Veo un ángel de la guarda con cada persona, sin importar su religión o nacionalidad. Jamás he visto a alguien, en ninguna parte del mundo, que no tenga su ángel de la guarda. Tu ángel de la guarda está contigo desde antes de tu concepción hasta después de tu muerte y jamás te abandona ni por un momento. Te ama incondicionalmente y hará todo lo posible por guiarte y mantener tus esperanzas a lo largo de toda tu vida. Tu ángel de la guarda puede permitir que otros ángeles también te ayuden.
Tal vez un año más tarde, vi a la niña de nuevo. Estaba con muchos adultos y pasaba de unos brazos a otros, siendo el foco de atención y de amor de todo el mundo. La vi radiante, y los ángeles me dijeron que era por todo el ánimo que toda su familia le estaba dando a esa pequeña. Era claro que todos estaban escuchando a sus ángeles de la guarda y haciendo lo que les correspondía. En un momento en que el padre puso a la pequeña de pie junto a él, fue hermoso ver a los ángeles rodearla tratando de mantener fuertes sus inestables piernecitas, para que no cedieran bajo su peso. Ahora ella tiene tres años y ya camina. Y no solo está caminando, recientemente la llevaron a la playa y empezó a correr, aunque todavía algo insegura.
Los padres y toda la familia mantienen la luz de la esperanza ardiendo por esta niña, la ayudaron a que caminara y ahora abrigan la esperanza de que aprenda a hablar bien. Esta pequeña es un faro de esperanza, y la luz de esa esperanza ha iluminado a todos los miembros de esa familia, llenándolos y dándoles esperanza también en otros aspectos de su vida. Y esto no ha ocurrido solamente con su familia inmediata, es un ejemplo que ha inspirado y llenado de esperanza al resto de la familia y a los vecinos.
Veo muchos ángeles que llevan luces
delante de las personas,
ayudando a darles ánimo.
Todo el tiempo veo ángeles que se esfuerzan mucho para darnos esperanza. Recientemente, esperaba en la recepción de un hotel que llegara un periodista, y los ángeles que estaban conmigo me dijeron que fuera a sentarme en el lobby. Allí estaba un hombre sentado frente a una mesa bajita junto a la ventana, en la mesa había algunos papeles y también un computador portátil. Cuatro ángeles estaban sentados a su alrededor, y uno de ellos sostenía frente al pecho del hombre una luz brillante como del tamaño de una canica. Cuando veo un ángel que sostiene una luz frente a alguien, sé que esa persona está pasando por un momento difícil y que el ángel sostiene la luz para que ayude a darle la esperanza y el coraje para salir adelante.
Uno de los ángeles me dijo sin palabras que el hombre estaba sumamente preocupado y estresado por sus negocios. No tengo ni idea de cuál sería su negocio. Los ángeles estaban animándolo a encontrar la solución y me explicaron que estaba allí entre esos papeles, pero la angustia de ese señor era tal que no podía verla. Uno de los ángeles estaba intentando calmarlo mientras otro de ellos no dejaba de señalarle con la mano una hoja de papel en particular. Mientras lo hacía, el hombre tomó esa hoja de papel pero no parecía ver la solución. Seguía escribiendo notas y tachando cosas en su bloc. La luz empezó a volverse más brillante por momentos y, sin que los ángeles me lo dijeran, supe que él ya estaba viendo un asomo de la solución, una luz de esperanza, una salida para sus dificultades laborales. Estuve allí sentada veinte minutos pues el periodista se retrasó. Recé para que este hombre de negocios encontrara la solución. Me apenó mucho verlo así de estresado y preocupado. Cuando ya salía, les pregunté a los cuatro ángeles si él vería la solución antes de que terminara ese día, y me dijeron que probablemente no la vería completa pero por lo menos se le ocurriría una idea y en los próximos días encontraría la solución del problema.
En estos tiempos veo a muchos ángeles sosteniendo luces frente a las personas, ayudando a animarlas. Veo ángeles ayudando a reavivar la esperanza en nosotros todo el tiempo; la esperanza a nivel de cada persona, de cada comunidad, de cada nación y del mundo entero.
A menudo la esperanza comienza por pequeñas iniciativas. Una noche, hace pocas semanas, encontré un grupo de vecinos limpiando una zona verde cercana a mi casa. Es un área que durante mucho tiempo permaneció sucia y descuidada. Ellos estaban rodeados por ángeles que les susurraban al oído, alentándolos mientras trabajaban. Cuando pasé por al lado, uno de los ángeles me dijo:
—¿Ves la esperanza que se ha despertado en estas personas? —Yo sonreí y el ángel continuó—: Con pequeñas acciones como ésta ellos pueden hacer de su mundo un lugar mejor.
Al día siguiente pasé de nuevo por la zona verde y me asombró la diferencia. Los vecinos habían recogido la basura, recortado la hierba y podado los canteros de flores. Todo el lugar parecía lleno de luz. Uno de los ángeles que estaba allí me señaló un pequeño mirlo que halaba una lombriz de la tierra recién removida. El día anterior yo no había visto allí ni un pajarito.
La esperanza aglutina a una comunidad para que todos sus miembros realicen cambios juntos y cuando eso ocurre veo a las personas iluminarse, brillar y avanzar en pos de cosas mejores. Las personas que piensan que las cosas pueden mejorar son faros de luz para todos nosotros, y hay que apoyarlas.
Se puede dar esperanza a otros. Brinda fortalece y reanima, y entonces la esperanza crece. A todos nos corresponde una parte en el crecimiento de la esperanza. En otros tiempos, las personas recurrían a los líderes de iglesias, comunidades, negocios y países para que nos dieran una visión de esperanza para el futuro, pero ahora muchos de nuestros líderes también se debaten sin ver la esperanza delante de ellos. No ven todas las formas que hay para hacer de este mundo un mejor lugar para vivir.
Los ángeles me han hablado mucho de la esperanza y de todo lo que tenemos con respecto a lo cual abrigar esperanzas, y me han enseñado muchas formas diferentes en las que ellos pueden ayudar a darnos esperanza.
Todo lo que comparto con ustedes en este libro proviene de Dios y sus ángeles. Este libro es un mensaje de esperanza que me ha sido entregado para que lo comparta con todos y cada uno de ustedes, para que ayude a hacer crecer la luz de la esperanza en su interior.
Product Details
- Publisher: Atria Books (January 8, 2013)
- Length: 208 pages
- ISBN13: 9781476700427
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